Mi hijo duerme mal (I)

Sobre este tema hay montones y montones de opiniones, comentarios y entradas de blogs en la red e incluso blogs dedicados a este tema en exclusiva. De hecho todos tenemos alguna propuesta sobre qué solución darle a una madre o un padre cuando nos dice: “mi hijo duerme fatal, se despierta varias veces y le cuesta coger el sueño”…

En la consulta de un/a psicólogo/a infantil hay dos preguntas obligatorias cuando recibimos a un/a niño/a por primera vez, la primera es ¿duerme bien? y la segunda es ¿come bien?… suelen ser tanto un síntoma como una consecuencia de algún otro problema. El sueño en un niño pequeño es más importante incluso que la alimentación.

Lo primero antes de pensar que tu hijo duerme mal es comprobarlo informándote sobre lo que es normal a cada edad. Te presento una gráfica:

HORAS TOTALES DIA NOCHE
0-2 meses 12-16 Las horas están repartidas por igual durante todo el día
3-6 meses 10-15 Varias siestas Varios despertares
6-9 meses 11-14 Dos o tres siestas de una hora Varios despertares
9-18 meses 10-13 Dos micro-siestas Varios despertares
18-36 meses 9.5-12 Dos siestas con tendencia a una Posibles despertares
3-4 años 8-12 Se va perdiendo la siesta Posibles despertares
4-6 años 8-11 No hay siesta

No se despierta

Después de entender cómo es el sueño de nuestros hijos y diferenciando lo normal de cada edad podemos ponernos manos a la obra para saber si podemos solucionar cada una de las quejas más frecuentes:

Queja 1….“A mi hijo le cuesta coger el sueño, tarda mucho en dormirse”

Lo que podemos hacer los padres:

  • Establecer una rutina
  • Si todos los días mantenemos el mismo horario de baño, cena y hora de acostarse, el niño cada vez tardará menos tiempo en conciliar el sueño, debemos tener en cuenta que suelen tardar unos quince minutos desde el adormecimiento hasta el sueño.
  • Crear el ambiente
  • Además de estar en silencio y que la luz sea tenue me refiero a crear un ambiente seguro y relajado para el niño haciéndole ver que estamos cerca de él mientras se duerme, podemos contarle un cuento, cantarle, mecerle…
  • Practicar el Colecho.

A no ser que los padres sean obesos, tomen drogas o alcohol no hay ningún peligro en un niño comparta cama con sus padres. Y son varios los beneficios del colecho, entre ellos que tarda menos en dormirse.

Queja 2…. “Se despierta varias veces por la noche”

   Todos nos despertamos varias veces por la noche, la diferencia es que los mayores nos volvemos a dormir y ni siquiera nos damos cuenta, a los peques les cuesta un poco más volver a quedarse dormidos, no debemos acudir corriendo ante la primera queja cuando protesta porque lo que hacemos es despertarle del todo o activarle cuando nos ve, además es recomendable quitar la babycam que exagera los llantos.

Queja 3…. “No duerme siesta”

Relacionada con la primera, los niños tienen tantas ganas de descubrir el mundo que puede que estén dispuestos a sacrificar horas de sueño. La siesta es muy importante porque como vemos en el gráfico son horas de sueño que forman parte de un total diario e igual de importantes que las horas de por la noche, pero cada niño es único y debemos ver cuantas horas duerme de noche para valorar si realmente necesitas esa siesta.

Algunas pautas para mantener la siesta:

  • Si tu hijo de entre 1 y 3 años está en casa, acuéstalo a dormir en el mismo lugar en el que duerme por la noche. Si va a la guardería y duerme la siesta ahí, haz que tu rutina en casa sea igual.
  • Observa cuándo le da sueño a tu hijo por la tarde. Busca señales que indiquen que tu hijo está soñoliento (bosteza, se frota los ojos…) y crea una rutina para su siesta al igual que se hace por la noche.
  • Si tu hijo deja las siestas por completo antes de los 4 años, asegúrate de que tenga un momento para descansar todos los días. Deja que se lleve algunos juguetes y libros a la cama, baja las luces. Aunque no se va a sentir tan descansado como si hubiera dormido, pasar una o dos horas sin participar en juego activo definitivamente le hará bien

Conclusiones:

1º. El sueño de un niño no es igual que el de un adulto.

2º. El sueño evoluciona y cambia a medida que vamos creciendo, algún día todos los niños llegan a dormirse solos y no hay que forzar la situación.

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