Los niños bonsai

Cuando los padres «podan» el potencial de sus hijos

«¿Que estamos haciendo mal?» es una pregunta que me suelen hacer los padres cuando acuden desesperados a la primera consulta. De éste artículo de mi colega Judith Locke se pueden sacar algunas pistas.

Pequeños conquistadores: desarrollo del segundo año

Conforme sopla su primera vela nuestro hijo avanza en el desarrollo del segundo año y abandona la etapa de bebé poco a poco, para empezar la que he llamado «etapa del pequeño conquistador», porque quiere hacerlo todo; hablar, andar, cogerlo todo, etc.

Al cumplir el primer año ya han adquirido un montón de destrezas que está deseando poner en práctica: quiere adueñarse del espacio, del lenguaje y tomar el control de todo aquello que le rodea, incluido a sus padres. Cada día descubre una habilidad nueva, y se siente encantado y orgulloso. Señala con el dedo índice todo lo que ve, como si quisiera demostrar su interés y su asombro, y, sobre todo, queriendo que nosotros también lo miremos.

Desde el de el punto de vista psicológico ahora llega el momento en el que debemos revisar nuestras actitudes, se aproximan los “terribles dos años” y aunque hay mucho de lo que comentar intentaré ser muy breve.

Lo más importante a tener en cuenta es:

1. Que va adquiriendo más consciencia del mundo que le rodea.

Y mayor capacidad para retenerlo todo en su memoria, construyendo una imagen del mundo con unas creencias correctas o erróneas que van a facilitarle la vida o a hacérsela difícil.

Nuestro papel es procurar fomentar una imagen del mundo realista verdadera y amplia, llena de contenidos que despierten su interés, que ofrezca muchas posibilidades. Organizada de manera que fomente su creatividad, le permita resolver problemas, encontrar caminos nuevos. y además una imagen adecuada de sí mismo, realista, pero con conciencia de sus potencialidades.

2. Que el niño dócil del primer año se ha vuelto tozudo.

Su mayor placer consistirá en decir “no”. Va a poner a prueba nuestra paciencia e incluso nuestra resistencia física. Se manejan en el mundo de las emociones como pez en el agua, conocen nuestros puntos flacos como nadie, incluso mejor que nosotros mismos y a veces es común que prueben “A ver hasta dónde puedo llegar con mamá o con papá”

Dejarles expresarse cuando empiezan a usar su lenguaje, animarles y estimularles a que se expresen con este medio sin atosigarles ni darles las cosas antes de que las pidan hablando.

3. Que están aprendiendo a gestionar sus emociones.

Sobretodo la furia, el miedo, la tristeza y la envidia. No saben auto controlarse, somos nosotros con los límites y normas quienes les iremos guiando con una actitud positiva ante la vida, y con un carácter optimista para hacerles capaces de soportar la frustración. 

Dejarles explorar tranquilamente para que desarrolle la confianza en sí mismo y en sus capacidades. Ayudarles a gestionar la agresividad, el miedo, la tristeza y la timidez.

Me niego a ser la agenda de mi hija por el whatsapp…

Lectura recomendada que seguro que ya habéis visto en las Redes la historia de esta mamá que se negó ha hacer las tareas de su hija. Bien por esta madre con dos dedos de frente, que esta fomentando la autonomía e iniciativa en su hija con su actitud. ..una de las competencias del currículo educativo, dicho sea de paso. Porque recuerdo que ellos aprenden de lo que ven y de nuestros actos.

Me niego a ser la agenda de mi hija por el whatsapp….

Los bebés son esponjitas

Cuando hablamos del desarrollo del bebe no solo cuenta el peso, la talla y el perímetro cefálico que en el primer año es casi lo más significativo en los controles del niño sano sino también el desarrollo psicológico determinado por la madurez de su cerebro, algo que no se mide tan fácilmente.

Como ya he comentado en otras ocasiones, es necesario entender como es el desarrollo de nuestros hijos a cada edad, para diferenciar lo que es normal en cada etapa de lo que no lo es tanto.

Un ejemplo de ello os lo puse cuando hablaba de los problemas de sueño, es imprescindible saber las horas de sueño normales en cada edad, el número de despertares, etcétera antes de estar en disposición de preocuparse de si mi hijo duerme mal.

Comenzando por el principio os cuento algunas cositas que son propias en el primer año.

Cuando decimos que los bebés son esponjitas, en cierto modo es así porque si nos fijamos en sus cerebros, que son el órgano de aprendizaje, son como esponjas. Perfectamente preparados para ser superabsorventes y supermoldeables.

Perfectamente preparado

El cerebro del niño nace inmaduro pero con toda la infraestructura acabada. Al nacer ya tiene más o menos el número de neuronas (las células del sistema nervioso) que va a tener durante toda su vida, unos cien mil millones. Las neuronas se conectan entre sí por unos enlaces que se llaman “sinapsis”, que transmiten información de unas a otras, esas conexiones son las que se van a ir formando desde el nacimiento. Digamos que la casa está acabada pero ahora hay que amueblarla y acondicionarla para poder vivir en ella.

Nacemos sabiendo hacer muchas cosas: por ejemplo, respirar, reaccionar, mamar. La propia maduración de su sistema nervioso producirá en él ocurrencias, deseos, impulsos. A la misma edad todos los niños del mundo sienten la necesidad de andar, de balbucear, de soltarse de la mano. Alrededor de los 9 meses, todos sienten miedo a los extraños.

Supermoldeable

El cerebro del niño tiene una gran plasticidad. Se está construyendo a sí mismo de acuerdo con mensajes genéticos, y de acuerdo también con las experiencias que recibe. Por eso debemos aprovechar bien estos primeros años, que tienen una importancia decisiva. Sin embargo, esa plasticidad nunca se pierde, por eso podemos seguir aprendiendo durante toda la vida. Cada vez que aprendemos algo, nuestro cerebro cambia. Mediante la experiencia esculpimos nuestro propio cerebro.

Es increíble todo lo que aprenden en un solo año, por eso se dice siempre que el primer año condiciona el resto, nacen preparados para hablar, pero necesitan que nosotros les enseñemos un idioma. Él hace su parte asimilando todo con maravillosa rapidez, nosotros debemos hacer nuestra parte con la misma eficacia.

Superabsorvente

Vienen con muchos sistemas de aprendizaje preparados, que necesitan nuestra ayuda para asimilarse. Así ocurre, por ejemplo, con el lenguaje. Todos los niños nacen preparados para hablar, pero necesitan que nosotros les enseñemos un idioma. Él hace su parte absorbiendo todo con maravillosa rapidez, nosotros debemos hacer nuestra parte con la misma eficacia.

Durante los primeros años, la capacidad del niño para establecer conexiones sinápticas es fantástica. Por eso puede aprender tantas cosas, con tanta rapidez. Cada experiencia deja alguna huella en el cerebro. Desde este punto de vista, el niño es un cerebro en construcción.

 

Lectura recomendada: Criar con apego seguro

Siguiendo con el tema de los futuros papás y mamás, os recomiendo la entrada de esta semana sobre criar con apego del Blog de mi compi Laura Una mama real.

 

Comparto con ella que en el término medio está la virtud…o como yo digo «ni calvo ni con tantos pelos», la cuestión esta en conseguir el equilibrio

Clik aquí: Todos podemos criar con apego…seguro!.

Vuelta al cole: vuelta a la rutina

Con la vuelta al cole, los peques vuelven a la rutinas de acostarse temprano, levantarse, hacer la tarea, etc. Es un momento ideal para implantar también tareas domésticas.

Por eso, quiero aprovechar la vuelta al cole para hablaros de los hábitos que pueden adquirir diariamente en casa nuestros hijos, de las tareas que pueden hacer, de lo que les podemos exigir y de la importancia de implantar una rutina y unos hábitos desde muy pequeños.

Ventajas de hacerles participar en las tareas de casa:

  • Ayudar en casa les enseña a ser responsables.
  • Les proporciona una sensación de logro y orgullo.
  • Les ayuda a adquirir habilidades.
  • Al contribuir con los quehaceres del hogar, se sentirá importante y parte de un “equipo”.
  • Si ve que en su familia todos ayudan y colaboran, sentirá que no es el centro del universo.

Incluso cuando son pequeños (como el mío) podemos empezar a inculcarles el hábito de ¨ayudar¨. A los niños de entre 2 y 4 años les encanta ayudar y es ese deseo genuino lo que les facilita empezar una tarea. Conforme tu hijo crezca podrá realizar labores más complejas y empezará a hacerlas él solo. Cuando un niño pequeño te “ayuda” a realizar las tareas del hogar o hacer lo mismo que nosotros diciendo “yo también”, es muy probable que tardes más en terminarlas. Sin embargo, recuerda que estás consolidando la base para que se convierta en una persona responsable más tarde. Los pequeños tienen poca capacidad de concentración, así que no esperes que tu hijo realice las tareas del hogar diariamente sin que se lo recuerdes, o que las haga bien a la primera.

En la educación de tus hijos, la clave está en lo que tú como papá o mamá esperes de ellos y de las expectativas que tengas para ellos. Los niños necesitan y merecen que sus papás esperen grandes cosas de ellos. No esperar nada en particular garantiza que tus hijos no se esfuercen por cumplir las normas más básicas para la convivencia.

Cuatro claves para empezar a implantar rutinas:

No subestimes a tu hijo.

Los padres a menudo subestiman lo que sus hijos son capaces de hacer. Y en muchas ocasiones no los dejan que hagan cosas básicas que ya pueden hacer como prepararse su propio sándwich o limpiar su habitación.

Comienza por el aseo personal.

Cepillarse los dientes, ir al baño y vestirse son algunas de las primeras tareas que los niños llevan a cabo solos. Para la mayoría de los padres, el que los niños empiecen a realizar estas necesidades básicas es muy importante. Pero además es recomendable que añadas tareas del hogar para que le enseñes a ser responsable.

Alábalo mucho.

El refuerzo positivo enseñará a tu pequeño que sus esfuerzos son importantes. Anímalo y no critiques su trabajo. Al contrario, dile cuánto aprecias su esfuerzo y lo importante que eso es para ti. Cuando lo alabes, trata de ser específica: “Gracias por ayudar a poner la mesa porque comeremos antes».

Tareas apropiadas para su edad.

Si la tarea que le asignas a tu niño es muy difícil, es probable que se frustre y no la termine. Recuerda que es muy importante que no le pidas que haga tareas peligrosas, como lavar cuchillos o cosas frágiles.

A los 2 años, tu hijo puede realizar las siguientes tareas: colocar la ropa sucia en el cesto designado para ella, recoger los juguetes después de jugar con ellos

A los 3 años, tu hijo puede hacer lo siguiente: limpiar cuando algo se le cae al suelo, retirar su plato de la mesa

A los 4 años, tu hijo puede hacer lo siguiente: poner platos, tenedores y servilletas sobre la mesa, ayudarte a hacer su cama

¿Regalos por las buenas notas?

Aprovechando que nuestros hijos terminan el curso escolar en estos días, no quiero que pase la fecha sin comentar sobre el dilema de hacer o no un regalo por las notas.

Cinco razones por las que no recomendamos hacer regalos:

1. Las buenas notas son ya el regalo, es el resultado de haberse esforzado mucho durante todo el curso, es la recompensa por haber trabajado bien. La recompensa, el regalo o el premio es haber aprendido cosas nuevas y haber obtenido con ello las buenas notas. Son el reconocimiento por un trabajo bien hecho.

2. Para los niños obtener buenos resultados al final de curso es responsabilidad solo de ellos, todos tenemos responsabilidades individuales y diferentes. Este es el trabajo de nuestros hijos y satisfacción para ellos mismos. Si los padres les hacemos un regalo nos Estoy cambiando la recompensa de algo material.

3. No siempre nos van a dar algo por un logro y no debemos acostumbrarles a obtener siempre algo por cada esfuerzo.

4. ¿Y qué pasará cuando nos pidan algo que no les podamos o no les queramos dar? Si entramos en el juego de regalos a cambio de sobresalientes pronto nuestro hijo empezara a elegir el regalo que piensa que se merece, y si a los padres nos parece que no es un regalo adecuado, se sentirán desilusionados por no conseguir lo que creen merecen.

5. Sobretodo y lo más importante no debemos hacer regalos materiales para asegurarnos de que la recompensa forme parte de la propia conducta, es decir que la motivación por estudiar y aprender sea la que les proporcione el placer por superarse a sí mismos.

Eso no quiere decir, ni mucho menos que no “les demos nada” o seamos indiferentes ante una buenas notas. El mejor regalo que si es fundamental que les hagamos es el reconocerles lo mucho que han trabajado y lo orgullosos que estamos de ellos, todos necesitamos el reconocimiento de los demás para una autoestima saludable y más aún si viene de parte de papa y mama, del mismo modo que si no han conseguido unas notas fantásticas pero sabemos que se ha esforzado y han trabajado duro para ello se lo debemos reconocer igual porque así nos aseguramos que lo van a seguir intentando. Es un grave error sustituir lo material por lo sentimental.

¿Y si sustituimos dar cosas materiales por dar elogios, dar cariño o dar eso tan valioso como el tiempo? Por ejemplo: vamos ha hacer algo divertido juntos.

¿Qué es la Psicología Infantil?

Aunque es cierto que hay una tendencia a normalizar la profesión como una parte más del sistema sanitario o educativo en su caso. Todavía hoy existen muchos prejuicios sobre la psicología infantil.
Algunos prejuicios sobre el psicólogo infantil son:
• El psicólogo es un loquero y mi hijo no está loco…aunque parezca increíble aún hay hoy en día personas que piensan así.
• No necesito ayuda de nadie para educar o entender a mi hijo… da vergüenza decir que vamos al psicólogo y más aún que nuestro hijo “lo está viendo un psicólogo” por parecer débiles, por necesitar ayuda.
• No puede ayudarnos alguien que no nos conoce de nada. Precisamente por eso, tratará el caso de forma objetiva.

Más allá de todo esto el psicólogo infantil no es más que el profesional que trabaja para que nuestros hijos tengan un desarrollo óptimo, “es el pediatra de las capacidades mentales”.
La psicología infantil estudia el comportamiento del niño para lograr su desarrollo y bienestar óptimo. Por tanto, la labor de un psicólogo infantil es hacer un estudio minucioso y objetivo de cada niño, de sus capacidades cognitivas, lingüísticas, sociales y emocionales, además de analizar las variables ambientales que le rodean.

En base a este análisis y teniendo en cuenta todos los datos recopilados, los psicólogos infantiles elaboramos y aplicamos un método de trabajo adaptado a cada situación utilizando técnicas de intervención científicamente validadas, es decir con eficacia demostrada.
En la población infantil la prevención de problemas psicológicos es fundamental y eso se consigue gracias a la detección precoz y la atención temprana. Que además garantiza una buena base para un desarrollo posterior sano.

En el Informe sobre Salud Mental de niños y adolescentes realizado en 2009 se afirmaba que: “así como las enfermedades pediátricas fueron el gran desafío del siglo XX, los trastornos mentales de los niños y adolescentes son, sin duda, el gran desafío sanitario del siglo XXI”.
En torno a un 15% de los niños y adolescentes sufre trastornos psiquiátricos y sólo una quinta parte son correctamente diagnosticados. Pero además existe otro buen número de niños y jóvenes que tienen problemas que sin cumplir con los criterios diagnósticos de un trastorno mental, pero que son fuente de sufrimiento, estos niños también deben recibir ayuda y recomendaciones apropiadas.

Mi hijo duerme mal (I)

Sobre este tema hay montones y montones de opiniones, comentarios y entradas de blogs en la red e incluso blogs dedicados a este tema en exclusiva. De hecho todos tenemos alguna propuesta sobre qué solución darle a una madre o un padre cuando nos dice: “mi hijo duerme fatal, se despierta varias veces y le cuesta coger el sueño”…

En la consulta de un/a psicólogo/a infantil hay dos preguntas obligatorias cuando recibimos a un/a niño/a por primera vez, la primera es ¿duerme bien? y la segunda es ¿come bien?… suelen ser tanto un síntoma como una consecuencia de algún otro problema. El sueño en un niño pequeño es más importante incluso que la alimentación.

Lo primero antes de pensar que tu hijo duerme mal es comprobarlo informándote sobre lo que es normal a cada edad. Te presento una gráfica:

HORAS TOTALES DIA NOCHE
0-2 meses 12-16 Las horas están repartidas por igual durante todo el día
3-6 meses 10-15 Varias siestas Varios despertares
6-9 meses 11-14 Dos o tres siestas de una hora Varios despertares
9-18 meses 10-13 Dos micro-siestas Varios despertares
18-36 meses 9.5-12 Dos siestas con tendencia a una Posibles despertares
3-4 años 8-12 Se va perdiendo la siesta Posibles despertares
4-6 años 8-11 No hay siesta

No se despierta

Después de entender cómo es el sueño de nuestros hijos y diferenciando lo normal de cada edad podemos ponernos manos a la obra para saber si podemos solucionar cada una de las quejas más frecuentes:

Queja 1….“A mi hijo le cuesta coger el sueño, tarda mucho en dormirse”

Lo que podemos hacer los padres:

  • Establecer una rutina
  • Si todos los días mantenemos el mismo horario de baño, cena y hora de acostarse, el niño cada vez tardará menos tiempo en conciliar el sueño, debemos tener en cuenta que suelen tardar unos quince minutos desde el adormecimiento hasta el sueño.
  • Crear el ambiente
  • Además de estar en silencio y que la luz sea tenue me refiero a crear un ambiente seguro y relajado para el niño haciéndole ver que estamos cerca de él mientras se duerme, podemos contarle un cuento, cantarle, mecerle…
  • Practicar el Colecho.

A no ser que los padres sean obesos, tomen drogas o alcohol no hay ningún peligro en un niño comparta cama con sus padres. Y son varios los beneficios del colecho, entre ellos que tarda menos en dormirse.

Queja 2…. “Se despierta varias veces por la noche”

   Todos nos despertamos varias veces por la noche, la diferencia es que los mayores nos volvemos a dormir y ni siquiera nos damos cuenta, a los peques les cuesta un poco más volver a quedarse dormidos, no debemos acudir corriendo ante la primera queja cuando protesta porque lo que hacemos es despertarle del todo o activarle cuando nos ve, además es recomendable quitar la babycam que exagera los llantos.

Queja 3…. “No duerme siesta”

Relacionada con la primera, los niños tienen tantas ganas de descubrir el mundo que puede que estén dispuestos a sacrificar horas de sueño. La siesta es muy importante porque como vemos en el gráfico son horas de sueño que forman parte de un total diario e igual de importantes que las horas de por la noche, pero cada niño es único y debemos ver cuantas horas duerme de noche para valorar si realmente necesitas esa siesta.

Algunas pautas para mantener la siesta:

  • Si tu hijo de entre 1 y 3 años está en casa, acuéstalo a dormir en el mismo lugar en el que duerme por la noche. Si va a la guardería y duerme la siesta ahí, haz que tu rutina en casa sea igual.
  • Observa cuándo le da sueño a tu hijo por la tarde. Busca señales que indiquen que tu hijo está soñoliento (bosteza, se frota los ojos…) y crea una rutina para su siesta al igual que se hace por la noche.
  • Si tu hijo deja las siestas por completo antes de los 4 años, asegúrate de que tenga un momento para descansar todos los días. Deja que se lleve algunos juguetes y libros a la cama, baja las luces. Aunque no se va a sentir tan descansado como si hubiera dormido, pasar una o dos horas sin participar en juego activo definitivamente le hará bien

Conclusiones:

1º. El sueño de un niño no es igual que el de un adulto.

2º. El sueño evoluciona y cambia a medida que vamos creciendo, algún día todos los niños llegan a dormirse solos y no hay que forzar la situación.